También conocida como ley de la percepción sensorial, establece que la respuesta sensorial a los estímulos externos (temperatura, luz, sonido, etcétra) no es proporcional a la intensidad del estímulo. Cuando la intensidad del estímulo es muy grande, los sentidos del humano se autoregulan para percibir sólo diferencias enormes; si la intensidad del estímulo es muy baja entonces se adaptan para amplificar las mínimas diferencias posibles. En marketing, implica que el consumidor no siempre percibe una variación en el precio de un producto o servicio. Depende de la magnitud del cambio. En experiencia de usuario, da información, por ejemplo, sobre los tiempos de respuesta en las interacciones del usuario con los sistemas.
¡Solicita una Sesión de Consultoría Instantánea!
Coordinaremos una reunión con un Consultor Senior de nuestro equipo, quien le responderá sus preguntas al respecto, orientándole en lo que sea necesario; además, le suministraremos el video descargable de la sesión.
