Cuando el término se inició, se empezó a utilizar para indicar que era independiente del proveedor, y básicamente se asoció con un sistema en Unix, sistema operativo que prácticamente corría en la mayoría de las máquinas disponibles. La idea era poder portar las aplicaciones de una máquina a otra sin tener que efectuar cambios. Con el paso del tiempo, se afinó la definición de los sistemas abiertos. Los sistemas abiertos deben utilizar componentes informáticos basados en estándares independientes de proveedor. Deben permitir portabilidad (pasar de un sistema a otro sin cambios) e interoperabilidad (trabajar entre si sin cambios). Para diseñar un sistema abierto se deben contemplar estándares en el sistema operativo, sistema de comunicación, bases de datos, interfaz de usuario, herramientas de desarrollo y los sistemas de administración
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