Si tienes un comercio electrónico, o vendes por internet a través de redes sociales o sitios web que trabajan en forma de catálogo, te recomendamos leer este artículo para aumentar tus ingresos.
Es muy común que, a la hora de vender nuestros productos o servicios, estemos convencidos de que somos los mejores. Creemos que vamos a ser exitosos y lograremos aumentar los ingresos. Pues, si no fuera así, ni siquiera hubiéramos invertido el tiempo en crearlo y en hacer cosas para darlo a conocer al mundo, ¿verdad?
¿Qué tan cierto es esto?
Porque podría ser que nuestro negocio sí es excelente. Pero que tal vez no vaya a ser exitoso y no vaya a generar muchos ingresos, ya que no basta con contar con un producto o servicio buenísimo para que las personas lo adquieran.
“El marketing es el arte de la persuasión. Es también la ciencia que combina la gestión emocional de las necesidades sociales y la creación de valor económico de una forma sostenida”.
La frase de Ana García Oliveros, Directora de Marketing de IBM para España y Portugal es muy adecuada para esta situación. Ya que nos da a entender que la venta no se da por el producto en sí mismo, sino por la necesidad que le generemos a los usuarios que lo conozcan, entre otras tácticas y estrategias necesarias a la hora de vender un producto, sea de manera convencional o digital.
Es equívoco creer que un producto que se vende con marketing convencional, se puede vender de la misma manera en el mundo digital. Es decir, de que es posible, lo es, pero… ¿qué tan bueno es esto? ¿Qué tan profesionales estamos siendo?
Las ventas de cara al usuario, es decir, en una tienda física en la que el vendedor tiene la oportunidad de interactuar y conversar con el visitante, generan tranquilidad, confianza, seguridad, entre otros sentimientos que son buenos en el sentido de que permiten que el usuario tenga la necesidad de adquirir los productos y servicios que allí se le ofrecen; especialmente porque cualquier duda que se presente, será resuelta en tiempo real, con un tiempo de espera muy bajo, casi imperceptible.
¿Qué pasa con el usuario que quiere adquirir un producto o servicio de manera digital? Ahora resolvemos todo de manera muy sencilla, o creemos que eso es lo que hacemos, diciendo que gracias a que contamos con un comercio electrónico, que exhibimos nuestros productos o servicios en redes sociales, o que contamos con un sitio web que contiene el catálogo en línea, el usuario estará contento porque podrá ver lo que busca en cualquier momento, 24 horas, 7 días a la semana y lograremos aumentar las ventas y los ingresos.
¿Hemos procurado ir más allá, ponernos en los zapatos del visitante y ver si esto sí es cierto? Si quieres saber de conversiones y embudos que nos ayudan a analizar qué tan efectivos estamos siendo, te invitamos a ir a nuestro blog y ver lo que tenemos al respecto.
Volviendo a las preguntas del párrafo anterior, ¿cómo las responderías? ¿Tú has hecho las veces de usuario, comprando en línea? ¿Cómo fue tu experiencia? ¿Cuál fue el Customer Journey? Esto es muy importante, porque puede determinar los ingresos que adquieras con las plataformas que estás usando para vender. En algunos casos, el Customer Journey de algunas personas en ciertos sitios web es muy corto y no serviría de ejemplo central para el tema que estamos tratando, gracias a que dichos usuarios ya saben exactamente qué van a comprar, a quién y cómo, porque no es su primera vez.
Pero… ¿qué ocurre con los visitantes que llegan por primera vez a tu sitio web o comercio electrónico?
Hay algo que solemos dejar pasar, por más buena experiencia del usuario que creemos, por más claro que sea el proceso de compra, nos falta interacción. Si no podemos tener a una vendedora presencial que resuelva las dudas del usuario y lo lleve de la mano hasta su decisión final, entonces necesitamos algo que remplace esto de la manera más óptima. Aquí es donde vienen los chatbots, esos robots virtuales que, gracias a la buena programación que nosotros los humanos desarrollemos en ellos, podrán hacer el papel de un humano asistente.
A los navegantes les está haciendo falta interactuar, aunque parezca lo contrario. Sí, los dispositivos móviles se convirtieron en un elemento vital a la hora de salir de casa, y aunque ahora parezcamos zombies, estamos interactuando. Hablar con un amigo vía Whatsapp y dejar una calificación o un comentario en una aplicación para esperar una respuesta de vuelta, cuenta como interacción. ¿Qué tipo de interacción estás ofreciendo en las plataformas que usas?
No te imaginas todo lo que puede influir en un visitante, tener una conversación con un asistente virtual. Pues, este podrá resolver sus dudas, y además recibir información que tal vez nunca hubiera creído que necesitaba. Analicemos el ejemplo a continuación:
Un usuario visita un comercio electrónico deportivo, ya que practica natación y está en búsqueda de un nuevo traje de baño. Lo normal, se dirige al apartado de trajes de baño, observa el detalle del producto, las calificaciones y comentarios en el caso de que haya.
Ahora, en uno de los extremos del comercio electrónico, hay un apartado de chat que siempre está disponible, y este usuario pregunta: ¿hay algún traje de baño que cuente con FPS mayor a 50? El asistente virtual, además de brindarle la respuesta, le brinda unos datos curiosos sobre los trajes de baño de la marca en cuestión, algo como: “¿Sabías que nuestros trajes de baño tienen una duración mayor a los convencionales y que su garantía es de 3 años?”
¿Qué crees que sucedió en este caso? La probabilidad de compra de este usuario, aumentó. Y entre más pregunte, y más respuestas y datos reciba, más se convencerá de adquirir este producto.
¡Las conversaciones son necesarias!
No podemos conformarnos con contar con un comercio electrónico o una red social que sirva de vitrina si queremos aumentar nuestros ingresos. La atención al usuario, sea en marketing convencional o digital, siempre ha sido importante, y cada vez debe ser más relevante y personalizada. El apartado de Preguntas Frecuentes no basta para los usuarios modernos; ellos necesitan atención, quieren que les hablen por su nombre y los lleven paso a paso hasta tomar la decisión de comprar o no comprar.
Entre tus factores diferenciadores, contar con un asistente virtual, debe estar entre los primeros puestos de tus prioridades. Haz sentir importante a tus usuarios, y verás los resultados. Recuerda que son humanos, como tú y como yo; no te limites a verlos como compradores o como un ingreso más que obtendrás. “Convierte al cliente en el héroe de tu historia”, Ann Handley.
Si cuentas con un comercio electrónico o un sitio web tipo catálogo y quieres darles a tus usuarios la importancia que merecen, apoyándote en un asistente virtual, ¡contáctanos! Nos encantará asesorarte y llevarlo a cabo. Escríbenos por Whatsapp o llena nuestro formulario, nosotros nos pondremos en contacto contigo. ¡Te esperamos!
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